miércoles, 22 de octubre de 2008

POR FIN!!! UNA CRONICA PARA SER LEIDA

Aqui teneis la cronica de uno de los MEJORES ironman de Almeria, por que Dios no me daria este don de la narrativa?? Bueno, mejor no preguntar, deleitaros con la cronica de SUPER DAVID DIAZ.

ELBAMAN 2008

Más vale tarde que nunca, pero al fin tenéis mi "Crónica del ElbaMan" en apenas 1600 palabras, pues eso que la disfrutéis y espero que no se os haga tan larga como a mi la prueba:
Seis y cuarto de la mañana, Marina di Campo, pequeña población costera al sur de la isla italiana de Elba. Salimos Ilde y yo del apartamento con dos grandes bolsas de plástico amarillo a la espalda, esto pudiera parecer un allanamiento de morada, nada más lejos… tenemos un GRAN trabajito entre manos. En nuestra mente un mismo objetivo común: "Finisher" de un IronMan.
Otras 300 personas de todo el mundo, con el mismo objetivo, ultiman los preparativos en bóxer. Posiblemente con las mismas sensaciones que nosotros, Napoleón partió de esta isla donde estuvo confinado para recuperar su Imperio haya por el 1814. Ilusión plasmada en el rostro, concentración en nuestras mentes y una sensación en el cuerpo de que algo GRANDE vamos a comenzar…
Mar en perfecta calma, el sol empieza a despuntar en el horizonte, la bahía de Marina di Campo nos aguarda con un circuito a nado de dos vueltas de 1.9 km cada una. Iniciamos el ritual de salida, últimos segundos a pulsaciones normales (si, si, ya por encima de las 120ppm), Ilde y yo nos despedimos "Mucha suerte campeón", se hace el silencio y… Por fin la salida, ordenadamente nos adentramos en el agua, a diferencia de las pruebas sprint no nos golpeamos unos a otros. Rápidamente intento orientarme, lo veo complicado, mejor dicho no lo veo, aun no hay suficiente luz como para visualizar las boyas, simplemente me limito a seguir a la gente de cabeza. Me integro en un gran grupo en el que poco a poco va quedando menos gente e intento desmarcarme por el exterior para facilitar la comodidad en el nado en detrimento de la economía de ir a los pies del de delante. La primera vuelta se me hace muy rápida, salgo del agua en 27 minutos, esos metros que haces corriendo sobre la arena te permiten orientarte, ves como estas colocado, te centras en el ritmo que has llevado, compruebas que el grupeto a mermado sus efectivos a solo 9 triatletas, entre ellos va la "Prima donna" (que seguirá primera mujer hasta línea de meta). En la segunda vuelta me acomodo en el grupo, cojo la estela de los pies para ahorrar energías, casi ni intento orientarme, me dejo llevar. Otra vez en la orilla en tan solo 28 minutos, total 56 minutos en el segmento de nado, salgo contento, igualo tiempo al de Lanzarote. Larga carrera a pie hasta bóxer, tengo que aminorar el paso y acostumbrar a mi cuerpo a la posición de erguido, las pulsaciones se disparan, cojo mi bolsa con la ropa de bici, la vuelco en el suelo de la carpa (la imagen es la de la mujer histérica volcando el interior del bolso en el suelo del parking para poder encontrar las llaves del coche) e inicio la transformación de nadador a ciclista, me demoro demasiado, no hay que olvidar ningún detalle, elijo mallot largo y culot corto, meto todo lo que sobra en la bolsa y me dirijo a por la bici (será mi única compañía durante más de 6 horas… dije 6?, que optimista…).
Comienzo mi peor segmento, entre mi bici y yo tenemos una perfecta relación de amor-odio, más de lo segundo que de de lo primero, pero esto no quita de que salga con muchas ganas, me veo con muchas fuerzas, no sopla mucho viento y hace un día estupendo aunque un poco frío. El segmento de bici es de 3 vueltas a un circuito muy exigente de 60 km, prácticamente sin llanos, pasas de un pequeño puerto inicial (que más adelante se atraganta, y mucho) a un rompe-piernas de sube y baja para afrontar una subida constante y muy larga hasta los 375 m, una bajada muy técnica y algo peligrosa para terminar con un llaneo demasiado corto.
En el transcurso de la primera vuelta el tiempo empeora, se nubla un poco con lo que aumenta la sensación de frío, sobre todo es las bajadas, las rachas de viento se intensifican hasta convertirse en algunos tramos en viento constante. Esto no me desanima y paso la primera vuelta en 2h17m a una media de 26 km/h, esto me llena de animo, mi objetivo es bajar de las 7 horas en bici, y la verdad es que se ve muy al alcance de la mano.
Decido apretar un poco más en la siguiente vuelta y el puerto lo vuelvo a subir con muchas más ganas, recupero en la bajada y el tramo de rompe-piernas se empieza a atragantar. Pues si, toco por primera vez la lona a los 90km, demasiado pronto, la larga subida al puerto no se me hace larga, se hace eterna, tienes mucho tiempo (que transcurre muuyyy l e n t a m e n t e) y mi cabeza empieza a pensar en el abandono antes de terminar la segunda vuelta, lo veo tan claro que aun hoy pienso que abandone, que deje la bici en bóxer y me retire. El bajón anímico me lastra el pensamiento rumiando continuamente en el pesimismo.
Por fin llego a coronar por segunda vez el largo puerto, me dejo caer en la bajada técnica, las curvas cerradas y la sensación de velocidad sin esfuerzo me distrae un poco y centro mi atención en la carretera. Decido darme un poco de tregua, llegar al termino de la segunda vuelta, coger la bolsa de avituallamiento especial y comer toda la comida que en ella he metido. De pronto me parece una idea estupenda, centro mi atención en ese "panini" especial que eche sin mucho interés en la bolsa (suave pero firme pan italiano, untado con una ligera y jugosa salsa pesto, finas lonchas de prosciutto di parma con escamas de curado parmesano, ummm mamma mia! Bocatti di cardinale!), … y si, lo admito, este pequeño capricho de alto choque energético fue el que me salvo de tremendo abandono.
Finalizo la segunda vuelta y agarro la bolsa de avituallamiento especial como si de un tesoro se tratara, decido dosificar el bocata y lo parto por la mitad que devoro con ansia antes de iniciar el último ascenso al pequeño puerto, me llena de energía, más moralmente, que me permite ir dejando atrás poco a poco los kilómetros que antes se me habían hecho interminables. El bocata se convierte en un pequeño ritual, como la poción mágica de los galos que solo utilizan en momentos comprometidos, poco a poco se termina al igual que se termina la tercera y última vuelta. Solo pienso en dejar la bici y terminar el maldito segmento.
Llego a bóxer, empleo 7h51m, un lastre de 51 minutos más que en Lanzarote, pero me da igual, el calvario sobre ruedas ha terminado y tengo muchas ganas de salir a correr y comprobar como se comportan mis piernas.
Pues si, puedo correr, el segmento de carrera son 5 vueltas a un circuito de 8.4 km y me sorprendo de la facilidad en la que me desenvuelvo a ritmo de 5’30" el km. Solo queda una maratón. Ahora tienes un contacto más cercano con el publico, con el resto de los competidores, con los del avituallamiento, el escenario cambia totalmente, de las solitarias carreteras pasas a un circuito urbano donde continuamente te están gritando "va David!", "grande David, grande!", "andiamo!". Te dan alas… (Lo del nombre en el dorsal es un gran invento).
En el primer giro veo a Ilde, y una sola pulsera en su muñeca, por lo que solo me lleva una vuelta, (y "solo" significa más de 50 minutos, pero creí que estaría más arriba, la bici es su fuerte), lo veo desgastado pero con la sonrisa en la cara, pienso que también las a pasado canutas, chocamos las manos y ánimos al campeón. Voy pasando continuamente a gente, en una de las vueltas paso a Ilde y nos da tiempo a correr un tramo en paralelo comentando las malas pasadas y los buenos augurios de finalización. Poco a poco voy notando como mi cuerpo me pide bajar la intensidad del ritmo, del cómodo 5’30" me coloco a ritmo sobre los 6 minutos, pero bueno ya la marca es lo de menos, lo importante es terminar y si puede ser con una sonrisa, mejor que mejor. La última vuelta me sabe a gloria, me voy despidiendo de toda la gente que ha estado animando, de los del avituallamiento, "arrivederci", "completa il ritorno", "grazie molto".
En el pasillo de meta, ya no hay mucha gente, pero sus ánimos me hacen cruzar la meta (4 horas 9 minutos de carrera) como encima de una nube, el dolor muscular en todo el cuerpo quedo atrás, solo satisfacción y unas ganas enormes de abrazarme a cualquier persona. 13 Horas y 9 minutos de continuo esfuerzo dan lugar a esto, unos segundos de gloria y euforia que te dejan un buen sabor de boca durante meses y años.
Los resultados: de 300 participantes solo llegan a meta 178, yo llego en la posición 25 de mi categoría, y en la 117 de la general.
Y como no, agradecer la paciencia de mis familiares, novia y amigos que me permiten (a regañadientes) disfrutar de este pequeño vicio y no desisten de animarme. Y mención especial a Ildefonso, que ya es el segundo (suma y sigue…) IronMan en compañía: Muchas Gracias

2 comentarios:

  1. Madre mia...los pelos como escarpias. Que gran cronica, si señor!!
    pero esto no se hace...escribir tan bien una cronica de este tipo solo sirve para imaginarme mas y mejor a mi mismo en una situacion parecida... :S que susto!!
    pero bueno, empezaremos por el principio (que gran gilipollez,verdad?? jeje), primero mi medio "mariquitaman" de barcelona junto a juan, ..y ya veremos con quien mas :P jajajaj
    Un abrazo a los 2 "ironmanes" con mas idem de almeria ;-)

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  2. MADRE MIA,NI SE ME PASAPOR LA CABEZA LO DEL IROMAN.
    http://antascorre.blogspot.com/
    ¿me puedes hacer un enlace????

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